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martes, 21 de octubre de 2014

Luces, cámara... ¡acción!

El pasado sábado, 18 de ocubre, se celebró la IV jornada de vídeos y salud. Después de Madrid, Bilbao y Granada, era el turno de Barcelona.

Como ya he comentado por alguna red social, para mí fue una experiencia muy enriquecedora. Si hay algo que todos los ponentes me han transmitido es que uno puede conseguir lo que se proponga teniendo ganas e ilusión. No es necesario tener un gran presupuesto para hacer un buen vídeo. Utilizando un smartphone o una tablet podemos realizar vídeos de calidad.

Durante estos días también he podido desvirtualizar a esas personas a las que sigues y con las que interaccionas varias veces al día o a la semana: Esther, Rosa, Mónica, Rocío, Iñaki Extxebarría, Rut, Paco, Fernando... ¡Seguro que me dejo alguno por mencionar! Por supuesto, también he visto a los ya conocidos y amigos: Ruth, Tere, Miguel, Lourdes, Rafa, Iñaki González, Olga, Manuel, Mª Ángeles y otros muchos más. Siempre es un placer volver a reencontrarnos.

Mención especial merece el comité organizador, que ha realizado un gran trabajo antes, durante y después de las jornadas. ¡Enhorabuena! En breve tendréis todos los vídeos disponibles en su canal de Youtube.

Hace poco, leía el post de Fernando Campaña sobre estas jornadas y puso un vídeo que me gustó mucho cuando se publicó y que quiero compartir con vosotros. Se llama '7 minutos':


"Siete minutos es el tiempo que tienen los médicos de asistencia primaria para visitar a cada paciente. Una atención de calidad requiere más tiempo"

domingo, 7 de julio de 2013

Me duele el corazón


Son casi las 7 de la mañana cuando un axiliar trae un nuevo papel de un paciente que ha venido al servicio de Urgencias. De 21h a 8h no hay triaje, así que desconocemos el motivo de consulta, aunque normalmente lo preguntan los administrativos para que podamos orientarnos.

El axiliar me comenta que el paciente viene por mareo y opresión torácica, así que enseguida lo paso para que las compañeras de enfermería le vayan haciendo un electrocardiograma y una analítica con marcadores cardiacos para ir adelantando.

Manuel es un hombre de 69 años que vive solo. Es hipertenso; pero no tiene diabetes. Estuvo ingresado en Cardiología por un síndrome coronario agudo, siendo el cateterismo completamente normal. Ahora no se detecta ninguna patología en el electro, por lo que podemos tranquilizarle un poco mientras los compis de laboratorio hacen su trabajo.

Manuel me cuenta que hace unos días su psiquiatra le ha modificado la medicación y que, cada vez que lo hace, se encuentra un poco mareado (ya le ha pasado varias veces). Me dice que tiene "una angustia" en el pecho... Le pregunto un poquito por qué le ve el psiquiatra y, mientras yo voy viendo el porqué real en su historia clínica, él me responde que es porque tiene "muchos nervios". Tras explorarle, le informo que, de momento, no parece que sea nada cardiaco y que le avisaré cuando tenga todas las pruebas, así que aviso a un celador para que se lo lleve a Radiología.

Mientras tanto, en Urgencias la cosa se nos complica un poco: una taquicardia ventricular que hay que cardiovertir, una perforación de una úlcera por la hay que llamar corriendo a Cirugía, un edema agudo de pulmón... Los compis de Laboratorio están a tope, así que hay resultados que tardan un poquito en salir.

Cuando ya tengo todos los resultados de las pruebas complementarias de Manuel, las comentó con el adjunto y está de acuerdo conmigo en darle el alta.

Llamo a Manuel, lo paso a una habitación, cierro la puerta y me siento a su lado. Le informo de que todas las pruebas son normales y que no hay por qué preocuparse por una parte de su corazón; pero que hay otra parte que no está bien. Él me mira extrañado y es entonces cuando le pregunto cuándo falleció su mujer. Su mirada se humedece y me dice que hace poco más de 5 años. Hablamos un rato sobre el duelo, sus hijos y sus nietos. No me canso de decirle que siempre se acordará de su mujer y que manejar el dolor que le causa lleva su tiempo, que éste nunca desaparecerá del todo... Acordamos llamar a su hija por teléfono para que venga a recogerle. Cuando hablo con ella, intento tranquilizarla, pues no es nada agradable que te llamen de Urgencias porque un familiar está allí. Un ratito más tarde, ella llega y la hago pasar, y hablamos los tres durante un buen rato. Planteamos varias opciones: seguir visitando a su médico y a su psiquiatra, ir a vivir con su hija unos meses para estar acompañado, llorar cuando le apetezca... Les despido en la puerta y se van los dos juntos.

Me despido de mis compañeros deseándoles una buena guardia y algunos se sorprenden de verme aún por allí. Cuando quiero salir del hospital son casi las 10:30h; pero hoy me voy completamente realizada y con la sensación del trabajo bien hecho.


lunes, 24 de junio de 2013

Con la L a cuestas

Hace unos cuatro días, Ruth subió el logo de la iniciativa Con L de enfermera a Instagram y en uno de los comentarios me preguntó si me unía a la iniciativa. Obviamente, hay cosas que no hace falta preguntarme ;)

Durante este verano me cruzaré en el hospital con muchos de ellos. Enfermeros y enfermeras noveles, recién llegados desde mil y un lugares, que han de adaptarse a la forma de hacer las cosas en el servicio que les toque. Aquéllos que repitan habrán tenido mucha suerte, pues les va a costar menos; pero estoy casi segura de que en la gran mayoría de los casos no es así. Incluso dentro de un mismo hospital, cada servicio funciona de manera diferente al resto. Es más, dentro de cada servicio, cada adjunto tiene una manera particular de hacer las cosas. Aun así, yo siempre veo al personal de enfermería muy bien preparado.

Dentro de este grupo quiero hacer una mención especial a los R1 de enfermería (sí, también existen las especialidades de enfermería; aunque son pocas, haberlas haylas). Ellos pueden ser también un ejemplo de adaptación. Van rotando por varios servicios (consultas de Hospital, Urgencias hospitalarias y de Centros de Salud, consultas de Atención Primaria, Maternidad...) hasta que terminan en el servicio que corresponda a la especialidad que hayan elegido. En mi hospital, por ejemplo, éste es el segundo año de la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria, por lo que les falta rodaje y experiencia; pero, sin embargo, tienen la oportunidad de innovar, de empezar a trabajar en investigación y de progresar en los cuidados.

En las próximas semanas me gustaría recoger testimonios sobre sus comienzos, tanto de las R1 (las tres son chicas: dos de Enfermería Familiar y Comunitaria, y una de Enfermería del Trabajo) como de los que vienen para sustituciones. Si lo consigo, colgaré los que pueda en el blog.

Este verano compartiré la L con ellos, que yo también estoy aprendiendo aún a manejarme por mi nuevo hospital :)

Éste es mi pequeño granito de arena para la iniciativa Con L de enfermera, creada por Miguel y Ruth. Podéis seguirla a través de su página de Facebook, su cuenta de Twitter y el hastag #conLdeenfermera.

jueves, 21 de marzo de 2013

¿De verdad cuidamos a nuestros pacientes?

Como sabéis, a principios de este mes acudí a las Jornadas PostMIR que organizó la academia CTO en Madrid. Después de un par de charlas, unas cuantas nos fuimos al Hospital 12 de octubre a preguntar en varios servicios sobre la residencia. Hasta aquí todo normal, es lo que todos los Rblastos estamos haciendo ahora: patearnos los hospitales en busca de nuestro futuro servicio.
Mi sorpresa fue que al entrar por la puerta principal no había ningún puesto de control, ni personal de seguridad que nos preguntara a dónde íbamos. Sólo un ancho pasillo hacia las escaleras.
El pasado lunes también estuve en los tres hospitales de Sevilla y ocurrió exactamente lo mismo.

Algunos os extrañaréis de mi sorpresa; pero es que esto no ocurre en los Hospitales de Badajoz y Mérida. Aquí tenemos puestos de control en los que nadie pasa sin una tarjeta de visitante o un papel de cita para alguna consulta externa. Aquí haré una distinción porque en el Hospital Infanta Cristina (Badajoz) sí que se puede acceder a las plantas de hospitalización a través de las consultas externas; pero, por lo que he podido ver, no ocurre así en el de Mérida (se puede acceder; pero no sin pasar por un puesto de control).

El hospital no es el sitio ideal para recibir visitas. Entiendo que el paciente ha de estar acompañado por un familiar; pero de ahí a que toda la familia tenga pasar por la habitación... El hospital tiene que ser un lugar agradable (en la medida de lo posible, claro) donde el paciente pueda recuperarse y descansar hasta que pueda ser dado de alta. ¿No es mejor recibir visitas cuando ya estés en casa, recuperado y a gusto? Yo soy más de esto último :)

Y esto también intento aplicarlo a las que recientemente han dado a luz. Madres recientes con puntos recientes... La situación ideal para ser visitada. Bueno, no la visitan a ella, sino al bebé ;) Esta ansia particular nunca lo he entendido del todo, la verdad. ¿No es mejor hacer la visita cuando ambos estén tranquilamente en casa?
¿Y qué me decís de los pasillos llenos de flores? Hace un par de años, el ahijado de mi madre tuvo una niña y, cómo no, a la madre había que llevarle un ramo de flores. Pues nada más llegar a la planta nos encontramos lo que yo ya sabía: todo el pasillo lleno de ramos porque no se permite que estén en las habitaciones. Así que esta costumbre tampoco la entiendo. Yo soy más de llevarles una caja de bombones (o similar), que sé que lo van a disfrutar mucho más ;)

Convenciones sociales que no me convencen nada en absoluto (aparte de las connotaciones en materia de seguridad que le queramos dar), y de ahí que me plantee la pregunta con la que titulo este post: ¿de verdad cuidamos a nuestros pacientes?

miércoles, 13 de marzo de 2013

Paciente empoderado (o cómo ponerle nombre a todo)


Desde wikisanidad, este mes nos proponen hablar sobre el paciente empoderado para el Carnaval de Salud de marzo y es que... ¡empoderarse está de moda!

"Quizá es un eufemismo con el que se pretende hacer descender a algunos médicos que todavía están encaramados a su pedestal, mientras que se pide a los enfermos que abandonen su permanente genuflexión ante una enfermedad y se levanten para participar mucho más de lo que lo han hecho hasta ahora en controlar una patología crónica." (Artículo El paciente empoderado en El Mundo Salud).

No me gusta el término "empoderado". Quizá paciente proactivo se adaptaría mejor al concepto; pero, aun así, creo que no es necesario catalogar a este tipo de paciente porque no deja de ser eso, otro tipo de paciente más.

Durante mis prácticas en el Centro de Salud, he visto pacientes que han venido con su propio diagnóstico ya hecho de casa y reclamando ciertas pruebas (por supuesto, gracias a Dr. Google y Dra. Wikipedia). Siempre he estado tentada a preguntar para qué venían al médico entonces si ya sabían qué les pasaba; pero nunca me he atrevido, la verdad.
Éste no es el paciente empoderado. Él conoce su enfermedad porque ha hablado con su médico, han ido forjando una relación basada en la profesionalidad y en la autonomía del paciente, no en el paternalismo. Los dos a la misma altura; pero cada uno en su papel. Esto no es ni más ni menos que el resultado de una buena relación médico-paciente, y para conseguirla se necesita fundamentalmente tiempo para hablar y escuchar (ambas cosas igualmente importantes). La comunicación es fundamental en todos los ámbitos de la vida y en la Medicina no iba a ser menos.

La sociedad evoluciona constantemente y hemos de adaptarnos a ello. No podemos olvidar entonces que los pacientes también son personas, que forman parte de la sociedad y que también evolucionan. Si los profesionales sanitarios utilizamos la red para compartir, publicar e informarnos, ¿por qué no los pacientes? Eso sí, nada sustituirá una consulta cara a cara. A veces nos pasamos queriéndole poner nombre a todo...

martes, 13 de noviembre de 2012

¿Hemos tocado fondo ya?

Hoy es martes y 13, un día cualquiera para unos y un día de mala suerte para otros... Sin embargo, hay personas que sienten que la mala suerte les persigue día tras día: personas sin trabajo, sin poder dar de comer a sus hijos o sin poder hacerse cargo de sus familiares.

Día tras día, nos llegan noticias como las siguientes:

Hasta los jueces y policías se han pronunciado para que esto pare de una vez por todas, y ayer (¡POR FIN!) PP y PSOE acordaron con la AEB el fin de los desaucios durante dos años.; pero ojo, no nos confundamos porque esto no es ningún logro ni algo por lo que deban sentirse orgullosos, sino más bien todo lo contrario. Esto sólo aplaza el problema, no lo soluciona.

Y con todo esto, yo, al igual que Catalina, también me pregunto día tras día hacia dónde nos dirigimos...

Hoy en día sólo oímos cosas sobre la prima de riesgo y el banco malo. ¿Por qué nos preocupamos por los mercados y no por las personas? ¿Por qué tenemos que esperar a que sucedan las cosas para reaccionar? ¿Por qué los políticos creen que el dinero que les dan a los bancos va a llegar a los ciudadanos cuando todos sabemos que eso no ocurrirá?
Me da igual de qué color sea tu chapa, el nombre de tu papeleta, qué religión profeses, qué ideología tengas... ¿Acaso no se te remueve algo por dentro cuando ves sufrir a otra persona?
Por la parte que me toca, me llevo las manos a la cabeza cuando leo que se van a cerrar o a privatizar varios hospitales, cuando me doy cuenta que ya no importan los pacientes ni los profesionales que trabajan para ellos, sino la rentabilidad que se consigue con la salud de las personas. Ahora juegan al Monopoly de la salud.

Pero sé que no todo está perdido, que aún quedan personas que trabajan desinteresadamente por los demás:

El dinero importa y negarlo es de hipócritas; pero las personas importamos más.



viernes, 21 de septiembre de 2012

#DíaMundialdelAlzheimer

Hoy se celebra el Día Mundial del Alzheimer.

Sin duda, es una de las enfermedades más duras que, desgraciadamente, he tenido que vivir de cerca. Te sientes impotente cuando ves que un familiar tuyo o de un amigo va perdiendo poco a poco lo que es. Deja de recordar a sus familiares, a sus amigos, a su pareja... Y no es sólo eso. También cosas tan cotidianas como cocinar, limpiar, asearse, vestirse, salir a dar un paseo... Se hacen totalmente dependientes, necesitando que una persona esté con ellos las 24 horas del día. Este tipo de enfermedades neurodegenerativas no sólo son una condena para el propio enfermo, sino también para la familia.

Hace tres años, salió la campaña Regala memoria. Os dejo el vídeo en el que un grupo de actores hace sentir a la gente la propia enfermedad:



Hay recuerdos que son muy dolorosos; pero, sin duda, es mejor que simplemente no tenerlos. Porque los recuerdos nos hacen ser lo que somos ahora. Ver una foto, escuchar una canción, sentir una caricia, apreciar un olor... Nos evocan a tiempos pasados, ya sea con una sonrisa o con una lágrima.

Esta mañana he descubierto la web La memoria es el caminoOs dejo un vídeo que ilustra este proyecto:



sábado, 7 de abril de 2012

Día Mundial de la Salud

El Día Mundial de la Salud se celebra el 7 de abril todos los años para conmemorar el aniversario de la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948. Cada año se elige para esta fecha un tema que pone de relieve una esfera de interés prioritario para la OMS.

El Día Mundial de la Salud es en realidad una campaña mundial en la que se invita a todas las personas -desde los dirigentes mundiales hasta el público en general de todas partes- a prestar una atención especial a un problema de salud con repercusiones en todo el planeta.

Al centrar la atención en los problemas sanitarios que van surgiendo, esta conmemoración brinda la oportunidad de emprender acciones colectivas para proteger la salud y el bienestar de las personas.

Día Mundial de la Salud 2012: Envejecimiento y salud - La buena salud añade vida a los años



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