Hoy es martes y 13, un día cualquiera para unos y un día de mala suerte para otros... Sin embargo, hay personas que sienten que la mala suerte les persigue día tras día: personas sin trabajo, sin poder dar de comer a sus hijos o sin poder hacerse cargo de sus familiares.
Día tras día, nos llegan noticias como las siguientes:
- Un hombre se suicida en Granada poco antes de ser desauciado.
- Una mujer se arroja al vacío durante el desaucio de su casa.
- Muerte en soledad de una madre y una hija.
Hasta los jueces y policías se han pronunciado para que esto pare de una vez por todas, y ayer (¡POR FIN!) PP y PSOE acordaron con la AEB el fin de los desaucios durante dos años.; pero ojo, no nos confundamos porque esto no es ningún logro ni algo por lo que deban sentirse orgullosos, sino más bien todo lo contrario. Esto sólo aplaza el problema, no lo soluciona.
Y con todo esto, yo, al igual que Catalina, también me pregunto día tras día hacia dónde nos dirigimos...
Hoy en día sólo oímos cosas sobre la prima de riesgo y el banco malo. ¿Por qué nos preocupamos por los mercados y no por las personas? ¿Por qué tenemos que esperar a que sucedan las cosas para reaccionar? ¿Por qué los políticos creen que el dinero que les dan a los bancos va a llegar a los ciudadanos cuando todos sabemos que eso no ocurrirá?
Me da igual de qué color sea tu chapa, el nombre de tu papeleta, qué religión profeses, qué ideología tengas... ¿Acaso no se te remueve algo por dentro cuando ves sufrir a otra persona?
Por la parte que me toca, me llevo las manos a la cabeza cuando leo que se van a cerrar o a privatizar varios hospitales, cuando me doy cuenta que ya no importan los pacientes ni los profesionales que trabajan para ellos, sino la rentabilidad que se consigue con la salud de las personas. Ahora juegan al Monopoly de la salud.
Pero sé que no todo está perdido, que aún quedan personas que trabajan desinteresadamente por los demás:
- Cáritas.
- Cruz Roja.
- Bancos de alimentos.
- Y otras muchas ONGs y asociaciones.
El dinero importa y negarlo es de hipócritas; pero las personas importamos más.
Creo que eso, la importancia de las personas, es lo que se ha olvidado hoy. Y la sociedad debe estar al servicio de ellas y no al revés.
ResponderEliminarUn abrazo y que llegue pronto el día en que los martes y trece sean sólo una fecha en el calendario y no señal de mala suerte.