Después de tantos meses de preparación y esfuerzo, por fin puedo decir que ya tengo mi plaza: Medicina Interna en el Hospital General Universitario de Elche.
El sitio de la discordia |
Partí hacia Madrid la mañana del 22 de abril y durante el trayecto estuve pendiente de las plazas en todo momento. Desde que empecé a estudiar Medicina, todos los años he estado pendiente de la elección, pues siempre había algún veterano que elegía plaza; pero este año era diferente... El corazón se me encogía cada vez que actualizaba la página, cada vez que alguien cogía Medicina Interna en algún lugar, esperando siempre que no fuera la plaza que yo quería y, a la vez, alegrándote por todos los conocidos, amigos y compañeros que iban eligiendo su especialidad.
A mí me tocaba elegir el martes 23 por la mañana, así que cogí un taxi desde la casa de mi tía bien tempranito porque a esas horas (sobre las 8 de la mañana), el Paseo de la Castellana y el Paseo del Prado están en plena hora punta. Llegué al Ministerio sobre las 8:20h y aún había poquita gente; pero en un abrir y cerrar de ojos la entrada al Ministerio se llenó. Sobre la hora prevista (8:45h) nos indicaron que fuéramos entrando y, una vez dentro, nos fueron llamando según nuestro número de orden para ir a unas mesitas a recoger la acreditación. Después, pasamos un control que nada tiene que envidiar al de cualquier aeropuerto y ya me dirigí hacia el salón de actos. Como yo era de las últimas, me tocaba sentarme arriba. Una señora muy simpática nos estuvo leyendo las normas, cómo teníamos que ir subiendo, qué hacer después, etc. Además, recordó que sólo quedaban 20 plazas para extracomunitarios.
Vicky, una servidora, Teresa y Ana después de elegir |
Cuando comenzó el acto, yo ya sabía que mi primera opción era Elche, pues las plazas que me gustaban en Valencia, Murcia y Alicante se habían consumido en días anteriores. Aproximadamente una hora después de empezar, se acabó el cupo de extracomunitarios y "se invitó" a que éstos salieran de la sala y a que bajáramos lo que estábamos arriba. A partir de aquí, todo fue mucho más rápido y cuando quise darme cuenta, resultó que ya iba a subir en el siguiente llamamiento. Y, de repente, ahí estaba yo, diciendo la especialidad y el hospital, y pulsando el ya famoso "enter". Confieso que leí la pantalla varias veces, asegurándome de que lo que ponía era correcto antes de pulsar el botón. Después, me dirigí hacia la mesa que hay a la salida para que me dieran la acreditación que tenía que entregar en el hospital; pero yo ya estaba fuera de mí. El hombre de la mesa me dijo algo como que llamara cuanto antes a la Comisión de Docencia y yo dije "sí, sí" más por inercia que por convencimiento. Iba por el pasillo hacia la salida como flotando, ya recibiendo llamadas y mensajes de mis padres y amigos. Lo siguiente ya fueron abrazos, besos, enhorabuenas y felicidades, todo junto y de muchas formas diferentes, Teresa, Vicky y Ana lo pueden corroborar ;)
¡Y José Mª nos trajo champán para celebrarlo! |
Durante todos estos días de asignación de plazas hubo muchas anécdotas. En mi turno, por ejemplo, se cogieron las primeras plazas de Hidrología y de Medicina del Deporte, el tiempo que tardo el 3665 en decidirse se nos hizo eterno (aplauso incluido cuando pulsó el "enter"), una nueva locutora con "voz de renfe" (la típica voz que escuchas diciendo "próxima parada: Madrid, puerta de Atocha")... Todo esto unido a los "me gusta que hagas una quirúrgica" y los "¡bien!" cuando alguien elegía una especialidad que no era Interna. Situaciones que compartes y que te sacan una sonrisa entre tanta tensión :)
Para acabar, sólo una pequeña apreciación sobre la elección de plaza. A veces, me da la sensación de que hay gente que elige ciertos hospitales por el nombre más que por la formación de la especialidad en sí. Por supuesto, sólo puedo hablar de los hospitales en los que yo pregunté y para Medicina Interna; pero me resultó curioso que hubo plazas que se cogieron en hospitales que, según mi opinión, eran peores para Interna antes que en otros en lo que pensaba que la formación era mejor. Obviamente, esto es una generalidad y cada uno tiene sus propias circunstancias. Es sólo una observación superficial y espero que nadie se ofenda :)
¡Qué emocionante! ¿Y no lloraste? A mí se me habrían salido las lágrimas. Bueno, de hecho me emocioné también cuando saqué la oposición y me mandaron al instituto que yo quería ¡Bien por ti! Un beso.
ResponderEliminarSorprendentemente no lloré y me extrañó porque soy de lágrima fácil, jeje; pero, sin duda, la felicidad del momento hubiera sido un buen motivo para hacerlo :)
Eliminar¡Un abrazo!
Yo también soy de lágrima fácil y en ese momento no lloré. Sólo sentí una tranquilidad enoooooorme!!
EliminarAy, que bien sienta no tener preocupaciones, al menos temporalmente eh???
pd: Qué fuerte!! Te escribe en el blog "la madre de la artista" jajaja. Ella me consta que también lo es... no? Encantada Jane!! ;)
Te leo y me entra un qué sé yo por el cuerpo...
ResponderEliminarSerá porque tú eres el siguiente... xD
EliminarTe diría que siento vértigo, pero en realidad es pánico xD
Eliminar¡Qué bien! Me alegro mucho, Enhorabuena! :) seguro que serás una gran internista!
ResponderEliminar¡Gracias! :)
EliminarEnhorabuena!!
ResponderEliminarPoco más que añadir.
Bienvenida al Levante.
¡Gracias, Carlos! :)
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